Fritz Kreisler: Rey del Violín



El violinista Fritz Kreisler fue una de las más grandes personalidades musicales a principios del siglo 20. Poseía una tranquila y encantadora personalidad combinada con interpretaciones perspicaces y una maestría técnica del instrumento que generaban grabaciones y actuaciones en vivo memorables. Sin embargo, detrás de su exterior inmediato de amabilidad y actuaciones sazonadas, escondían a un altamente talentoso compositor, se dice que la imitación es la forma más verdadera de adulación y Fritz Kreisler sacó un gran provecho de ese dicho. Él afirmó que había encontrado un escondite desconocido de manuscritos de un importante compositor del período barroco en un monasterio francés. Al menos eso fue lo que le contó a su adorada audiencia. Resultó que el compositor de las obras favoritas de la multitud en realidad había sido el mismo Kreisler, pero cuando la audiencia se enteró de que un concierto desconocido de Antonio Vivaldi había sido descubierto, respondieron con ilimitado entusiasmo y aprecio.


Sin duda, Fristz Kreisler era un prodigio musical, ganó los mayores honores en los conservatorios de Vienna y París antes de los 14 años de edad, y se desarrolló como el artista más popular y mejor valorado en su instrumento desde el mismísimo Paganini. Pero su talento no se limitaba solamente a la música, pues escribía y hablaba 7 lenguajes, coleccionaba extraños y antiguos manuscritos, pinturas primitivas y violines. A pesar de esto, Kreisler se mantuvo como un hombre modesto y humilde. "Genio", recalcó una vez, "es una palabra sobre-usada, el mundo solo ha conocido apenas media docena de genios, yo sólo me llegué cerca". Cuando un genio ejecutante decide componer sólo para su instrumento, el resultado suelen ser las piezas para violín más populares en el universo. En todo, Kreisler compuso aproximadamente 30 obras originales de él para violín y piano, haciendo una importante contribución a la literatura. Ahí, como en otras partes, combinó sus conocimientos como experto de las posibilidades de su instrumento con su excepcional don para la melodía.


El Conservatoria de Vienna tiene una estricta política de no admitir a nadie que esté por debajo de la edad de 14 años. El joven Kreisler debe haber conseguido impresionarlos, porque a él lo admitieron para que estudiara a la edad de 7 años, además de tomar lecciones de violín, Kreisler también recibió clases de teoría musical por el ya anciano Anton Bruckner, desafortunadamente, para Bruckner, Kreisler le jugaba muchas bromas. Bruckner tenía un perro pug llamado Mops quién siempre llevaba a las clases, después de una mañana de clases, Bruckner salió a almorzar, dejando a Mops con sus estudiantes. Entonces Kreisler comenzó a tocar Leitmotif de Wagner mientras perseguía al perro por toda la habitación, luego, tocaba el tema de Bruckner "Te Deum" mientras alimentaba a Mops con pequeños pedazos de su sandwich. Prontamente, el perro comenzó a mostrar una clara preferencia al escuchar el tema del profesor Bruckner; luego de unas semanas de entrenamiento, Kreisler se acercó a Bruckner y le dijo "Sé que eres muy devoto de Wagner, pero inclusive un perro puede ver que tú eres mejor compositor". Bruckner se mostró escéptico, pero cuando Kreisler comenzó a tocar el Leitmotif de Wagner, Mops corría despavorido de la habitación, pero cuando tocaba la obra de Bruckner, el perro volvía rápidamente meneando su cola y rogando por recibir afecto y comida. No estoy muy seguro de que Kreisler le haya contado toda la historia a Bruckner en ese momento.


Mientras vivía en los Estados Unidos, Kreisler escribió la comedia musical "Apple Blossom" para Broadway en 1919. Corrió al Globe Theater por 256 actuaciones y una vez que regresó a Vienna siguió adelante con "Sissy" para el teatro "Theater an der Wien". Detallando una historia de amor de la emperatriz Bávara (que sería Sissy) con el joven emperador Franz Josef, la producción tuvo 289 puestas en escena. Aunque Sissy nunca llegó a Broadway, sí fue tomada como base en Hollywood para filmar la película "The King Steps put" que recibió una reducida puntuación por Kreisler. Debe ser ya obvio que Kreisler rechazó el enfoque de la composición de Schoenberg y la "Second Viennese School". Todavía en sus cuartetos de cuerda buscaba nuevas maneras de expresión mientras mantenía aspectos de la tonalidad tradicional, posiblemente recordando sus clases de composición con Léo Delibes en el Conservatorio de París, Kreisler el cuarteto en 1922. Considerado programático y autobiográfico por muchos críticos, Kreisler le dijo a su biógrafo que este sería "mi tributo a Vienna".



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