No debemos olvidar jamás que el ambiente supuestamente enrarecido y estéril de la música clásica está poblado de increíbles y numerosas personalidades llenas de color. Tomemos como ejemplo a el Conde Joseph Deym von Střítež, quién es originario de Moravia pero descubrió su camino a la capital Austriaca de Vienna en el último cuarto de año del siglo 18. En cierto punto mató a un enemigo en un duelo y fue forzado a irse de la ciudad. Sin embargo, el Conde regresó tan solo unos días después bajo el Alias de Mr. Müller. "Mr. Müller" mantuvo en exhibición una galería de figuras de cera de una exótica y heróica naturaleza en la que destacó "Una señora de tamaño natural en desnudez sentada en un piano, e incluso un Dormitorio de las Gracias, que según un testigo ocular era una exposición semi-erótica voyeurista con una niña durmiendo en una cama, suavemente iluminada por alabastro Lámparas y vigilado por Venus misma". Lo que es más importante, sin embargo, es el hecho de que el número de órganos de relojería y relojes musicales proporcionan el ambiente musical.
Los órganos de relojería, no deben confundirse con las variedades de repiques proporcionan una secuencia horaria de repique, son relojes que han sido combinados con alguna forma de instrumento mecánico. Estos relojes musicales pueden ejecutar un repertorio de sonidos, los cuales se proporcionaron en cilindros fijados, no como los mecanismos usados en las cajas musicales. Los fabricantes de relojes de órgano en Londres prefieren el sonido de campanas afinadas, mientras que sus colegas vieneses produjeron una forma especial de instrumento mecánico, usando tubos de madera, llamados los "Flötenuhr", aproximadamente traducido como "reloj flauta" , Joseph Haydn produjo 32 composiciones y adaptaciones para este particular instrumento, con Ludwing van Beethoven y Wolfgang Amadeus Mozart contribuyendo con 3 composiciones cada uno.
Mozart, por supuesto, estaba habitualmente en busca de dinero. Entonces aceptó de mala gana la comisión que le dio "Mr. Müller" en Septiembre de 1790 para completar sus ingresos, según una carta para Constanze, con fecha del 3 de Octubre, sin embargo, se volvió claro que tenía una verdadera repugnancia para escribir música para este instrumento: "Había decidido escribir el Adagio para el relojero de inmediato y dejar unos cuantos ducados en manos de mi querida esposa; empecé, pero tenía que posponer porque me aburría, y seguramente, si no hubiesen tan importantes razones para forzarme a mí mismo, ciertamente lo habría dejado. Sí, si hubiese sido un reloj grande sonaría como un verdadero órgano, entonces sería divertido; pero como no lo es, el trabajo consiste solamente en pequeños tubos, cuyo sonido es muy agudo y de tono infantil para mi gusto". Al final, la opinión de Mozart sobre el instrumento no surge en absoluto en la música. A pesar de su simple apariencia, las composiciones se divulgaron por todo los mercados por un maestro experimentado, incluían un notable lenguaje armónico, ritmo musical y hábiles modulaciones. El 3 de Marzo de 1791, Mozart registró otra "composición mecánica", titulado "una pieza de órgano para reloj", y recibió la identificación K. 608. En 1799, estas composiciones probablemente siguieron usándose, como "cada hora la musical apropiada para un funeral es escuchda, compuesta por el inolvidable Mozart, en precisión y pureza superando cualquier cosa que jamás haya intentado adaptarse a este producto artístico". Esas composiciones deberían ser legítimamente consideradas "un notable triunfo de la mente sobre la materia".
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